Granada se sumó a la lista de países que rechaza el plan de Trump
Bahamas, Islas Turcas y Caicos y Panamá, los otros países mencionados tampoco quieren recibir a los inmigrantes que quiere expulsar el presidente electo.
El Gobierno de Granada negó este viernes las afirmaciones de que la isla caribeña es una de las jurisdicciones que la Administración estadounidense entrante de Donald Trump ha identificado para enviar vuelos de deportación de migrantes.
Según un comunicado de la oficina del primer ministro, Dickon Mitchell, su Gobierno "no ha participado en ninguna discusión sobre la deportación de migrantes a Granada". Además, "no se ha presentado ninguna propuesta sobre este asunto", indicó la nota, que precisó que esta aclaración se produce en respuesta a las informaciones que apuntaban a la isla como posible destino de las deportaciones de migrantes prometidas por Trump.
La lista
Según informo la cadena de noticias estadounidense NBC, los asesores de Trump elaboraron una lista de países a los que pedir que acojan a los migrantes deportados cuando sus países de origen se nieguen a aceptarlos. Aparte de Granada, los otros países que supuestamente el equipo de Trump está considerando son Bahamas, las Islas Turcas y Caicos y Panamá.
En Bahamas la administración encabezada por Philip Davis, indicó este jueves que recibió una "propuesta del equipo de transición de Trump para que Bahamas acepte vuelos con migrantes de otros países deportados", según un comunicado.
"Esta propuesta fue presentada al Gobierno de Bahamas, pero el primer ministro la estudió y la rechazó firmemente", resaltó. "Desde que el primer ministro rechazó esta propuesta, no ha habido más contactos ni conversaciones con el equipo de transición de Trump", añadió.
Más rechazos
Por su parte, el Gobierno de las Islas Turcas y Caicos dijo que se opone a esta idea de Trump, aunque no precisó si, como en el caso de Bahamas, ha recibido una propuesta al respecto. "Somos firmes en nuestro compromiso de proteger los intereses de las Islas Turcas y Caicos y defender la integridad de nuestro sistema de inmigración", afirmó Arlington Musgrove, ministro de Inmigración y Servicios Fronterizos.
Musgrove dijo que no permitirá que las políticas externas socaven o dicten su seguridad nacional, más ahora que están lidiando con un aumento de la migración irregular desde Haití. "La imposición unilateral de políticas de deportación de terceros países, como las que supuestamente está considerando la administración entrante de Trump, está en desacuerdo con las normas internacionales y los estándares legales", señaló.
En el caso de Panamá, el gobierno de ese pais asegura que no hubo contactos al respecto. "No hemos recibido ninguna comunicación oficial ni oficiosa sobre dicha propuesta", señaló la cancillería. "Además, a la luz del Derecho Internacional, no tenemos obligación de recibir deportados de otras nacionalidades que no sean la panameña", destacó.
El 1 de julio, cuando José Raúl Mulino asumió como presidente de Panamá, su canciller, Javier Martínez-Acha, firmó con el secretario estadounidense de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, un convenio por el que Washington se comprometió a cubrir el gasto de la repatriación de migrantes que crucen la selva del Darién para llegar a Estados Unidos.
El acuerdo forma parte del plan de Mulino de frenar el paso a los migrantes que pretenden cruzar Panamá en su camino de Sudamérica a Estados Unidos. Desde entonces, cientos de migrantes fueron deportados en vuelos charter, la mayoría colombianos.
La agenda de Trump
Trump, que asumirá la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero, ha reiterado su intención de llevar a cabo un programa masivo de deportaciones de migrantes irregulares.
Durante la campaña de las presidenciales de noviembre, el republicano hizo uso de una feroz retórica contra los migrantes, a los que culpó de una supuesta ola de delincuencia. El presidente electo incluso acusó a Venezuela y El Salvador "vaciar sus cárceles" y de enviar a propósito a asesinos y violadores a la frontera estadounidense, aunque Trump aún no ha presentado pruebas que avalen sus acusaciones.
El plan de deportación de Trump podría significar que los inmigrantes sean desplazados permanentemente a países con los que no tienen vínculos. Trump ha prometido llevar a cabo la mayor deportación de migrantes en la historia de EE.UU. una vez asuma la presidencia en enero de 2025.